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Manifiesta como un líder bien integrado y consciente

La Ley de la Atracción y la práctica de la manifestación han estado presentes en la experiencia de los seres humanos en su recorrido por el mundo. Constantemente, las personas estamos buscando alcanzar nuestras metas y lograr objetivos específicos; por lo tanto, esta filosofía ha servido para lograr un acercamiento a aquello que queremos. Po ello, es que deseamos desarrollar al máximo nuestra capacidad de manifestar y contar con esa herramienta tan poderosa en nuestro arsenal para potenciarnos como líderes bien integrados y, sobre todo, conscientes.

Tomando en cuenta lo anterior, debemos preguntarnos, entonces, ¿Ley de Atracción y «manifestar» son lo mismo? Existe una sútil diferencia entre la Ley de la Atracción y la manifestación, pero al existir interdependencias entre ellas, puede haber confusión. La Ley de la Atracción es una filosofía que sugiere que los pensamientos positivos traen recompensas positivas y, de la misma forma, los pensamientos negativos traen consigo resultados negativos. Ahora bien, la manifestación implica hacer realidad algo utilizando tus pensamientos, sentimientos y creencias; es decir, si tienes pensamientos positivos, entonces manifestarás resultados positivos. Así, la manifestación propone que lo que asumes, vibras y sientes como verdadero simplemente se manifestará en tu realidad. La diferencia es mínima, por ello, decimos que en ellas podemos encontrar una interdependencia.

Imaginemos a alguien: llamémosle Juan, por ejemplo. Juan es consciente de su situación de pobreza, y manifiesta con la finalidad de acumular riqueza. En esta situación, lo que sucederá es que la persona será recompensada con aquello de lo que es consciente de ser; para Juan, en este caso, se le recompensará con más pobreza. Entonces, para que los deseos se manifiesten y se tenga éxito en lo que se ambiciona, las afirmaciones deben de ser las apropiadas; para ello, debemos adoptar una consciencia positiva de lo que se desea. Juan, primero, debe alejarse de su consciencia de pobreza para dejar de estar en esa condición. Suena sencillo, sin embargo, se trata de una cuestión que requiere fe y mucha práctica. Donde ponemos la atención, dirigimos nuestra energía, y adónde dirijamos nuestra energía, en eso nos convertiremos. Meditar, por ejemplo, sirve para elevarnos a un nivel de consciencia más alto, desviando nuestra atención de nuestras limitaciones actuales; con la meditación pensamos, vibramos y sentimos lo que deseamos ser.

Ahora bien, existen personas que tienen el deseo de lograr objetivos muy específicos, por lo que practican la visualización para, por ejemplo, romper récords de ventas; sin embargo, hay ocasiones en las que no logramos concretarlo, lo que nos lleva a una gran frustración. Cuando la mayoría de la gente ambiciona algo, comúnmente se queda atrapada en los pasos iniciales para alcanzarlo. Estos primeros pasos, el deseo y la visualización de la meta, son muy importantes, pero no son suficientes. Manifestar algo no es sólo imaginarlo, quererlo o desearlo con intensidad. Mucha gente hace esto y al no alcanzar sus metas se frustra; eso no es manifestar. Manifestar es entrenar intencionalmente tu cerebro y tu sistema nervioso central, para creer en algo que todavía no ha sucedido; asimismo, manifestar es una herramienta muy poderosa fundamentada en la Neurociencia y en años de investigación; cuando se realiza correctamente ayuda a alcanzar tus objetivos, por ambiciosos que estos sean, ya que te permite preparar el trabajo requerido para alcanzarlos.

En mi caso, suelo utilizar herramientas sustentadas por la ciencia, para manifestar constantemente; esto, con la intención de silenciar las conversaciones limitantes que se generan en mi mente acerca de mi vida, para tomar riesgos y vivir una vida más gratificante alrededor de aquellos que amo. Atletas olímpicos y de alto rendimiento, así como personalidades exitosas en el mundo de los negocios y del espectáculo, manifiestan constantemente de forma efectiva.

Ahora bien, puedes adoptar una fórmula práctica para aplicarla en tu vida personal y, como líder, en tu organización, lo cual te permitirá alcanzar metas por muy desafiantes que estas sean. Primero, reflexiona alrededor de lo siguiente: manifestar es entrenar mentalmente para olvidar lo que deseas y, en vez de ello, hacerlo parte de tu ser. Asimismo, manifestar no es pensar en deseos y esperar que se vuelvan realidad, eso hacemos a los cinco años cuando apagamos las velitas del pastel de cumpleaños. Debes ver la manifestación como una herramienta cotidiana que aprenderás a utilizar de forma precisa, intensional, sistemática y con propósito; la usamos para reprogramar mente, cuerpo y espíritu, y funciona para ayudarnos en el proceso de alcanzar nuestros sueños.

Cuando utilizas de forma correcta el proceso de manifestar, remueves los obstáculos que viven en tu mente, tales como miedo, resistencia, falta de autoestima, perfección, expectativas de otros y cualquier cosa que limita y no te deja salir de donde estás. Manifestar de forma correcta permite sacar toda la basura limitante de tu mente para reprogramarla con pensamientos, situaciones y sentimientos que te impulsan a crear una vida personal y profesional más gratificante. Finalmente, cuando logras hacerlo de forma apropiada, te darás cuenta de que es parecido al entrenamiento para ganar un campeonato: te prepara para un mejor rendimiento, eleva tu confianza y autoestima, y te acondiciona para realizar lo que quieres alcanzar. 

Manifestar es un proceso y, como tal, conlleva una serie de pasos que puedes aprender fácilmente. Para manifestar de forma efectiva sólo debes asegurarte de realizar lo siguiente:

  1. Ser genuino y declarar con certeza lo que deseas alcanzar.

Esto no sirve si no estas conectado con lo que verdaderamente deseas alcanzar:

  1. Elevar, por ejemplo, el desempeño de un equipo y romper el récord de ventas.
  2. Correr y terminar un maratón, teniendo muy claro que debes recorrer 42 km en un tiempo determinado.
  3. Visualizar los pasos y no sólo el objetivo final. 

Visualiza no sólo celebrar el momento del éxito que deseas alcanzar, sino también los pasos y actividades que necesitas llevar a cabo para alcanzarlo. Es aquí donde un visual-board (panel de sueños) puede ser de gran utilidad, ya que permite darle forma a lo que quieres reprogramar en tu mente; al tenerlo al alcance durante el día, activas esa manifestación constantemente. A pesar de la sencillez de este punto, mucha gente no lo hace correctamente, debido a que únicamente se enfocan en construir un collage de imágenes del objetivo ya materializado, lo cual sí es importante, sin embargo, no hay que descartar las imágenes de los pasos requeridos para alcanzar ese momento tan deseado:

  1. En el caso de un equipo de trabajo, son, por ejemplo, gráficas con los niveles de venta alcanzados, imágenes de reconocimiento, diplomas, preseas, certificados y fotografías de celebración, así como imágenes de un equipo participando en algún entrenamiento de técnicas de ventas.
    1. En el caso del maratón, aunado a imágenes de un podio con finalistas o de algún corredor llegando a la meta, también podrías visualizar imágenes de gente entrenando temprano a las 5:00 am, con un clima complejo: oscuro, frío y lloviendo.

La cuestión en este segundo paso es que, si la atención se enfoca únicamente en el objetivo final, ya sea el reconocimiento, el bono por altas ventas, cruzar la meta de la carrera, la casa en la playa, el auto deportivo, el millón de dólares en el banco o el cuerpo bello que tanto anhelas, no verás resultados. Estos objetivos te pueden llevar cinco o nueve años alcanzarlos, y si la meta es la única que tenemos en el vision-board, te puedes desmotivar fácilmente. Tu mente necesita percibir lo que requerirá el recorrido para alcanzar lo que deseas.

Recordemos que manifestar es entrenar mente, cuerpo y espíritu con la finalidad de que sean capaces de ver el trabajo que necesitas para alcanzar tus metas. La mayoría de las veces necesitas crear nuevos hábitos y cambiar tu actitud. Cuando visualizas de forma efectiva todos los pasos y transiciones que se requieren para alcanzar lo que deseas, las conexiones que se llevan a cabo en tu mente, en específico, en tu sistema neuro-hormonal, crearán una nueva realidad y se enviarán señales relacionadas con las actividades que necesitas para lograr tu deseo.

  • Siente en todo tu sistema y con todo tu ser.

Un atleta olímpico de esquí alpino dijo: “mientras cierro los ojos y lo visualizo para pensarlo y creerlo, tengo que oírlo, olerlo y sentirlo en todo mi ser con el fin poder crearlo un día”. Durante tu jornada diaria, desde que amanece hasta que te vas a la cama, puedes aprovechar ciertos momentos para cerrar los ojos y revisitar esa manifestación: visualiza los pasos que te llevarán a alcanzar tus deseos y metas.  Por ejemplo, el líder de una empresa, cuando se cepilla los dientes, puede cerrar los ojos y en silencio revisitar en su mente los pasos que lo conducirán, junto con su equipo, a celebrar ese récord de ventas. Al hacer esto, es capaz de sentirlo con todo su ser como si estuviera viviendo el momento. De la misma forma, un corredor puede cerrar los ojos y activar en su mente las actividades que se requieren para prepararse y cruzar esa meta. De alguna forma, ensayar en tu mente y sustituir las excusas por acciones, permiten que te des cuenta de que sí se puede, si realizas lo que te has planteado para conseguirlo.

Puede ser que en ocasiones estés saboteándote. Es posible que una vocecita en tu interior no quiera cooperar y limite tus acciones haciéndote creer que no serás capaz de realizar los pasos necesarios, para avanzar hacia la realización de tus deseos. Si esto llega a suceder, no te preocupes. Piensa en algún role-model, alguien que admires y del que estás seguro de que puede realizar una particular tarea, de forma natural y sencilla, rumbo a lo que tú deseas. Por ejemplo, el líder de una empresa puede pensar en otro gerente, alguien a quien admire debido a los buenos resultados que ha obtenido en ventas gracias a sus habilidades. Un corredor probablemente piense en un atleta famoso o quizá en algún amigo corredor que sea más experimentado. Esto ayudará a centrarte y mantenerte motivado. Te aseguro que, paulatinamente, esa visualización dejará de ser una limitante y podrás sustituir la imagen de tu colega por una de ti mismo.

  • Pasar de la visualización a la acción.

En algún momento tendremos que pasar de la visualización a la acción con la finalidad de poner el plan en movimiento. Una buena visualización requiere un plan factible para ejecutarlo día a día, semana a semana, mes con mes y año con año. Sin embargo, existe un gran error en el que muchos caen y en la que todos estamos expuestos: la impaciencia, la cual, si no se atiende de forma inmediata, se convierte rápidamente en frustración. No imaginas la cantidad de personas que, ya cerca de la etapa final, abandonan el proceso de manifestación debido a la desesperación que produce la impaciencia. En estos casos, lo que tienes que hacer es olvidarte del cuándo y anclarte a la razón: al por qué de lo que estás persiguiendo.

Ahora bien, la magia del proceso hacia una manifestación efectiva está en la antelación de cualquier momento de dificultad, que pueda orillarte a renunciar a tu recorrido rumbo a tu meta. Lo más bello de todo, es que no depende de nadie más que de ti mismo: tú eres dueño de tus sueños y de tu manifestación, y tú estás a cargo de tu proceso. Recuerda que no hay éxito sin un plan, y el mejor plan lleva consigo acciones basadas en una visualización, la cual está fundamentada en un deseo o en una meta. Todo este proceso es parte de la manifestación.

Pero, entonces: ¿Qué tan dispuesto estás a trabajar rumbo a tus anhelos? Puede llevar horas, meses o, incluso, años para lograr y celebrar el éxito. ¿Estás verdaderamente dispuesto a, junto a tu equipo, realizar un centenar de llamadas a clientes potenciales con la finalidad de aterrizar un contrato que haga la diferencia? ¿Estás comprometido a levantarte temprano todos los días a entrenar para el maratón, sin importar las inclemencias del tiempo? ¿Estás dispuesto a ahorrar e invertir a través de los años, sacrificando gustos y bienes con el objetivo de comprar en 10 años la casa en la playa que tanto deseas? ¡Aquí radica la diferencia entre los que lo logran y los que no!

Te comparto algo de mi experiencia en el camino de la manifestación, que me ha ayudado a disfrutar de una vida más gratificante, tanto en lo personal como en lo profesional:

  • Como profesional, cuando inicié como representante médico para una compañía farmacéutica en México, en la década de los 90, me propuse conseguir una posición ejecutiva que me permitiera liderar toda la región de Latinoamérica. Lo escribí, literalmente, en la hojita de un block amarillo hace más de 20 años; definí las transiciones y posiciones que debía cubrir para obtener el conocimiento, desarrollar habilidades y generar la experiencia que me brindaría la oportunidad de ser un candidato viable para esa posición. Nunca dejé de ver mi hojita ni tampoco dejé de visualizarme en la posición anhelada; tampoco omití el camino para lograrlo, como las posiciones que debía ocupar para llegar ahí. En 2017, fui nombrado vicepresidente senior para la región de Latinoamérica, 25 años después de haber iniciado mi manifestación con un lápiz, un sueño y una hojita de papel.
  • Como deportista, me planteé, hace 15 años, el deseo de participar en carreras del circuito Ironman, el cual considera distancias brutales de nado en aguas abiertas, seguido de 180 km en bicicleta de ruta, para luego finalizar en un maratón completo con un margen total de 17 horas como corte para poder terminar la carrera en tiempo. Lo manifesté: definí un plan de entrenamiento que permitiría prepararme alternando viajes, horas laborales y compromisos familiares. En 2009, participé en mi primera prueba Ironman en Niza, Francia, la cual no pude terminar dado que no seguí mi plan al pie de la letra. El mismo día de mi intento fallido, me inscribí a otra prueba en Barcelona, España, la cual tenía lugar sólo tres meses después. Hice los ajustes pertinentes a mi entrenamiento y pude seguirlo perfectamente: participé y logré terminar mi primer Ironman. Desde entonces, he participado en un sinfín de carreras de este circuito y siempre sigo el proceso de manifestación, aunado a un plan apropiado de entrenamiento al que busco apegarme al pie de la letra.
  • Como autor, me planteé, hace dos años, el deseo de escribir mi primer libro. Lo manifesté y puse un plan en marcha. Me topé con algunos desafíos en su publicación, por lo que decidí, de inicio, autopublicarlo en Amazon. Pocas semanas después, fui contactado por la editorial Acantaros Editores, con quienes publicamos Liderazgo al Cuadrado, libro que ya se encuentra a la venta en tiendas y librerías reconocidas.

Aun no tengo la casa cerca del mar en la costa lusitana que tanto anhelo, pero ya tengo una buena lista de aquellas propiedades donde me veo junto a mi esposa en un tiempo no muy lejano. Manifiesto y me visualizo cerrando y escriturando esa casa, sintiendo la brisa del atlántico y respirando el aire fresco de la cierra de Sintra junto con Adriana, mi esposa. También me visualizo trabajando y cosechando el dinero para conseguirlo… y así será: ¡Hecho está! !Hecho está ¡Hecho está!

Para otras cosas que anhelo a un mayor largo plazo, no tengo prisa; sin embargo, ya lo manifiesto: visualizo a mis nietos en esa casa en Portugal pasando unas bellas vacaciones. Todo el tiempo estoy manifestando y cristalizando proyectos que en mi mente llevo mucho tiempo viviendo, vibrando y sintiendo. Sé que en su momento estarán listos para crearse.

Eres un ganador y, si es el caso, un gran competidor olímpico. Manifestando apropiadamente e incorporando esta práctica a tu día a día, lograrás crear una vida llena de experiencias gratificantes que tú, y sólo tú, estás creando para ti y los tuyos.