Estoy convencido que la gerencia media lleva consigo el mayor reto, y siempre representa el trabajo más desafiante en cualquier organización ya que, cuando eres junior en cualquier empresa, el trabajo consiste justamente en eso: ¡hacer el trabajo! Esto implica llevar a cabo una serie de tareas que, por lo regular, están predeterminadas y dependen solo de ti. Para esto has sido entrenado y se te ha dado la capacitación apropiada que te certifica para realizar las tareas y funciones de tu descripción de puesto y, si a través del tiempo lo haces bien, puedes volverte candidato a una promoción. Cuando ese maravilloso momento llega, te conviertes en quien estará́ a cargo de un grupo de personas que seguramente llevarán a cabo las tareas y funciones que tú solías realizar.
En ese instante enfrentas tu mayor desafío pues descubres que, en realidad, nunca nadie te preparó para ese momento. Por un lado, el grupo de alta gerencia se encuentra siempre ocupado con tareas como la visión estratégica de la organización y el seguimiento estrecho al desempeño del negocio de frente a los compromisos financieros del trimestre; y por otro, los equipos de cada área están enfocados en la implementación de tareas y líneas de acción. En paralelo, ese bloque del que ya eres parte, la gerencia media, trabaja entre dos grandes fuerzas viviendo un extraño y retador momentum, donde impera la necesidad de ser estratégico para transferir esas grandes ideas en líneas de acción y, a su vez, ser táctico para asegurar que estas líneas de acción vayan bien aterrizadas, sin perderse en los detalles.
Por eso sostengo que la gerencia media lleva consigo el mayor peso de una organización, es aquí́ dónde radica el gran reto. Su éxito consistirá́ en asegurarse de que la transición entre estrategias e implementación táctica se logre de forma efectiva y sin tropiezo alguno.
La razón de fondo de los conflictos a este nivel se da porque, en general, las empresas no entrenan ni lo suficiente ni a tiempo a su gerencia media cuando se trata de avanzar a sus primeras posiciones de liderazgo.
Aunque es verdad que hay algunos lideres jóvenes que sí se preocupan por transicionar rápido y de forma efectiva, que buscan literatura, participan en webinars y seminarios o coaching por cuenta propia, la mayoría terminan topándose con una pared de goma ya que la alta gerencia acabara seguramente enfocándose primordialmente en los resultados financieros del trimestre.
En paralelo, hay que reconocer que al éxito siempre se le relaciona con la posición económica y social, con el poder que ofrece la jerarquía, con el poseer y acumular y, sobre todo, como el resultado del trabajo duro a través de una vida activa.
Pero la vida nunca está a salvo de experiencias ajenas a tu cotidianidad, situaciones tan fuertes como un accidente, la pérdida de un ser querido, un divorcio o un tropiezo que te lleve a la quiebra en la economía familiar.
Contrario a lo que podríamos creer, estas son oportunidades para vislumbrar perspectivas diferentes, para cuestionar las creencias tan arraigadas que llevas dentro. Ahí́ es donde los parámetros de la definición de éxito más común cambian.
Como parte de mi propio aprendizaje, he identificado que lo más importante es en realidad la familia, la salud y las relaciones con amigos, aunque nunca siempre estuvimos capacitados para verlo.
Hasta hace unos años, yo siempre anduve de prisa, como pollo sin cabeza y sin saber la verdadera razón de esta. Siempre con mucha ambición por la fama y el reconocimiento, por la aceptación y aprobación de los otros; todo eso por una equivocada definición de éxito, por creencias que, por fortuna, nunca llegaron a estar suficientemente arraigadas en mi corazón.
Cuando me decidí́ a escribir L2-Liderazgo al Cuadrado, había pasado ya mucho tiempo preguntándome ¿Qué habría sido de mi carrera si lo hubiese sabido 15 años atrás?.
Hoy en día, después de muchos años como líder de grupos y de organizaciones, recuerdo los desafíos con los que me encontré́ por haber imaginado que estar al frente de un equipo era una cosa tan distante de lo que es en realidad.
Antes de haber desarrollado las herramientas necesarias, la vida me puso frente a muchos desafíos, haciendo de mi camino un tramo complicado y con desaciertos, uno que pude haber evitado si hubiese tenido la visión que tengo ahora; la visión que quiero compartir contigo. Con esto, no busco convertirte en un líder porque, de hecho, ya lo eres; sin embargo, ejercer esa cualidad no solo requiere tu decisión y compromiso, sino también, aplicar adecuadamente los lineamientos básicos de gestión y liderazgo, así́ como potenciarlos a través de la espiritualidad y principios de física cuántica para activar tu potencial y el de tus equipos de trabajo. Es más, si te encuentras leyendo este artículo, es porque de alguna forma ya has tomado la decisión de hacerlo.
¡Revisemos ahora que es LIDERAZGO!
La palabra LIDERAZGO se reconoce como una habilidad en el ser humano que puede desarrollarse en cualquier momento de su vida, siempre y cuando lo desee de forma genuina y haya un compromiso firme. Por darte un ejemplo, es como la idea de ser padre o madre: todos tenemos la posibilidad de serlo, pero no todos deseamos serlo.
A mi parecer, UN LÍDER INTEGRADO tiene una habilidad especial: la de inspirar a su gente a perseguir y realizar progresivamente un ideal que vaya más allá́ de lo superficial o lo mundano; en lugar de un título, ingreso material o estatus social, que busque un fin con carácter social y espiritual, uno que genere y aporte una alta vibración hasta lo más íntimo del ser.
He creado L2 como una plataforma, como una colección de herramientas que te permitirán reconocer los principios y habilidades fundamentales de un liderazgo efectivo y sumar conceptos y perspectivas para complementar tu visión en relación con la espiritualidad y la física cuántica (como las leyes de atracción y manifestación), las que, de hecho, serán el factor que potenciará geométricamente tu capacidad como líder bien integrado y consciente.
Mi propósito es, simplemente, acompañar tu camino como líder rumbo a la conciencia, ejerciendo tu capacidad de cuestionar todo aquello que de alguna forma se da por sentado y se considera verdadero, para ampliar tu conciencia y convertirte en un digno guía que apoye a otros a prosperar en lo profesional y a realizarse como seres humanos en este viaje de vida.
¡Te invito a continuar juntos en este recorrido de mil posibilidades que te permitirá descubrir la mejor versión de ese líder que llevas dentro de ti!