La meditación como una herramienta poderosa

Mediante la espiritualidad podemos serenar la mente para estar mejor conectados con el presente y desarrollar una mejor capacidad de toma de decisiones ante desafíos y situaciones complejas. Esto muchas veces se logra a través de una herramienta fundamental que, si la desarrollas genuinamente, se convertirá en tu mejor aliado para elevar tus capacidades como líder: la meditación. Meditar es el camino que puedes elegir para disminuir presión, estrés y las preocupaciones que seguramente te abordan a diario. Cuando meditamos, nos proporcionamos un espacio para restaurar nuestra naturaleza interior.

Joe Dispenza, uno de los más grandes autores y conferencistas en el campo de las neurociencias, afirma que a través de la meditación tenemos el poder de cambiar nuestra mente. En sus seminarios, donde miles de personas participan cada año, se han llevado a cabo muchos estudios (en colaboración con centros de investigación de renombre en Estados Unidos), en donde se comparan escáneres cerebrales de personas entre el inicio y el final de sus seminarios, obteniendo conclusiones interesantes. Los resultados indican que meditar reduce los niveles de ansiedad y depresión, activa las zonas del cerebro asociadas a los sentimientos como empatía y compasión, y disminuye el volumen de la amígdala, región del cerebro involucrada en el proceso del miedo, la cual se activa cuando nos sentimos amenazados.

El abanico de beneficios de la meditación es muy amplio y su práctica puede ayudarte a descansar y relajar tu mente. Además, mejora la memoria, tu estabilidad emocional, tu capacidad de concentración y contribuye a lograr un mejor estado de ánimo. Entonces, debemos preguntarnos: ¿la meditación debería ser una práctica más de nuestra rutina diaria en pro de una mayor calidad de vida? Igual que hacemos con la incorporación de una dieta saludable o del ejercicio, sin lugar a dudas, todos nos podemos beneficiar de la práctica de la meditación de una manera más formal.

Serenar la mente es una práctica que tiene más de 2500 años, pero siempre estuvo relacionada con el budismo y otras culturas no occidentales que hasta hace poco eran estigmatizadas. Hace ya algunas décadas, occidente empezó a validarlas a través de estudios científicos. Ahora, la meditación es ampliamente aceptada también en esta parte del mundo.

Hoy en día nos quejamos más que nunca de no tener suficiente tiempo para realizar lo que planeamos cuando, en realidad, es ahora cuando tenemos mayor expectativa de vida que las generaciones pasadas. Piensa que, no hace mucho, una persona de 50 años era un anciano. Sin embargo, en la actualidad, es común que se alcancen los 80 e incluso los 90 años de edad. Entonces, no tenemos un problema de tiempo, sino un problema de prioridades y de atención.

En relación al éxito, hay que aceptar que es mentira cuando decimos que no nos importa lo que piensen o digan los demás, ya que a todos nos importa de alguna manera. Lo que sí está mal es que esa influencia determine nuestras decisiones y acciones. Esto se puede evitar con una fuerte autoestima. De igual manera, debemos dejar de pensar tanto en el pasado que nos deprime o en el futuro que nos angustia: no tiene caso ir para atrás ni para adelante si son tiempos inexistentes, hay que enfocarnos tan solo en el hoy, en el presente, y poner toda nuestra atención en el momento preciso de vida.

Ahora bien, ¿cómo puedes empezar con la meditación si nunca lo has hecho? Meditar es algo muy sencillo, en realidad; solo tienes que hacer hincapié en la constancia para que poco a poco se haga un hábito y con ello consigas poco a poco tus metas. Entonces, para acelerar tu introducción a esta práctica, puedes leer libros, ver videos y documentales o directamente participar en algún centro de meditación, ya que, te lo aseguro: cerca de ti habrá más de uno. También puedes acudir a cursos como los impartidos en todo el mundo por la organización Isha, los cuales están basados en los conocimientos de Sadhguru. Busca uno que se adapte a tu ritmo y a tus necesidades para que te comprometas a seguirlo. También puedes acercarte a un amigo que lleve inmerso en esta práctica algún tiempo.

Ten presente que se requerirá algo de paciencia: no percibirás los beneficios de inmediato. La prisa y la meditación simplemente van en direcciones contrarias, si deseas una verdadera transformación profunda, debes darte tu tiempo y, sobre todo, continuidad más allá de tu estado de ánimo, dado que es indiferente si prácticas la meditación de buen o mal humo; lo que importa es practicar, practicar y practicar.

Existen muchas técnicas de meditación y te comparto ahora algunas de ellas sólo con el fin de despertar tu inquietud para que luego explores con mayor interés cuál de ellas se pudiera acoplar mejor a ti:

Empecemos con la meditación Vipassana. Este tipo de meditación enfatiza la consciencia en la respiración, haciendo que el aire salga y entre por la nariz. Cada vez que se crucen pensamientos o emociones, identifícalos y déjalos pasar sin emitir un juicio. Esta técnica de concentración se basa en la introspección. Debes intentar ser consciente de todo lo que ocurre en tu interior para luego poder controlarlo.

La meditación Kundalini. La energía Kundalini se encuentra en la base de la columna vertebral. Esta técnica nos sirve para despertar esa energía, moverla a través del cuerpo y liberarla. Su propósito es crear un sistema de comunicación entre tu mente y tu cuerpo para aliviar los problemas y conflictos mentales, físicos y espirituales para adquirir una mayor consciencia en tu vida diaria. Incluye técnicas de respiración y mantras, tales como el Om, que se considera el sonido del universo y el que contiene el resto de los sonidos y mudras (gestos con las manos).

La Meditación Transcendental. Esta práctica es sencilla y se basa en la repetición de un mismo mantra. Sentado en posición cómoda, se inspira lento y profundo por la nariz, se mantiene el aire unos segundos en los pulmones y se exhala tranquilamente por la nariz o por la boca. Aporta calma, buena energía, y relajación.

Mas allá de la técnica que adoptes, es importante que durante la meditación te sientas cómodo y lo suficientemente motivado para practicar cada día. Con el tiempo, los resultados vendrán solos, únicamente sé constante: intenta cada día por 10 o 20 minutos y luego lograrás alargar estos espacios de paz interior. Meditar te ayudará a desarrollar paciencia y concentración para tu rutina diaria como un líder bien integrado y consciente. Además, aprenderás a disfrutar la quietud como parte de tu ser; podrás sentirte más relajado y sin caer tan fácilmente en pensamientos negativos o repetitivos.

Ahora bien, seguramente has escuchado el término mindfulness y te preguntarás si esto es una técnica de meditación. El Mindfulness es un tipo de meditación, la cual se ha incorporado fuertemente durante los últimos 30 años a la medicina y psicología de Occidente. El término mindfulness resulta más apropiado para muchas personas, porque evita prejuicios sobre la meditación tradicional, ya que esta se relaciona de forma equivocada con algunas religiones o doctrinas filosóficas. Al llamarle mindfulness, es más fácil que se le vea como un método para mejorar la concentración.

La palabra «mindfulness» se refiere a la capacidad humana básica de mantenerse conectado al presente y de permanecer presente. Al traerte al presente, abre la puerta hacia nuevas posibilidades y te invita a vivir una vida plena. Es una forma de tomar consciencia de tu realidad, dándote la oportunidad de trabajar con estrés, dolor, enfermedad, pérdida y con los desafíos de tu vida diaria.

Un ejemplo sencillo que puede ilustrar mejor esta práctica es lo siguiente: imagina devorando una barra de chocolate. ¿No sería mejor que tomaras sólo una pequeña porción de la tableta para que la consumas utilizando los cinco sentidos? Es decir, prestando atención al presente y deseando comer ese trozo de chocolate. Entonces tomas la barra delicadamente, la miras, la hueles, la saboreas y masticas únicamente un pedazo de ella hasta que se disuelva en tu boca. Esto sería conectarte de forma plena y con todos tus sentidos al presente, disfrutando de algo simple y que te encanta.

El mindfulness es hacernos conscientes de «algo» en particular que está sucediendo en el preciso momento, mientras que las técnicas de meditación tradicionales se enfocan en la atención de la consciencia, en la «nada».  La meditación es una forma de desarrollar tus «músculos metafísicos» como la benevolencia, la objetividad, la serenidad, la autoconsciencia, la disciplina y la felicidad.

Piensa que tu cerebro se compone de miles de millones de neuronas que utilizan electricidad para comunicarse entre sí. Al relajar el ritmo de actividad mental de tu cerebro, a través de la meditación, te pones en un estado de serenidad que te permita analizar mejor las situaciones complejas, identificando nuevas perspectivas para no reaccionar de forma impulsiva. Por último, te invito a que no esperes un evento que detone estrés en tu vida para realizar esta nueva programación; por lo contrario, dedícate a construir poco a poco esta relación con tu subconsciente a través de la meditación o del mindfulness, para estar mejor preparado ante desafíos y eventualidades en tu recorrido como líder.

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